Vi milagros en mis días,
puertas que nadie abrió se abrieron para mí.
Su provisión en el desierto,
su voz en medio del dolor me hizo seguir.
Pero todo eso, aunque grande y real,
no iguala al don que me vino del altar.
📖 “Jehová abrirá para ti su buen tesoro, el cielo, para dar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos.” (Deuteronomio 28:12)
📖 “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:20)
Me sanó, me sostuvo de pie,
libertó mi alma del lazo cruel.
Me libró del pozo y del temor,
pero hay algo que aún brilla más, Señor...
Fue el regalo que no merecí,
vida eterna por amor recibí.
📖 “Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias.” (Salmo 103:3)
📖 “Me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.” (Salmo 40:2)
📖 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)
Nada se compara con Tu salvación,
no hay milagro más grande que el perdón.
Porque por gracia soy salvo, mediante la fe
📖 (Efesios 2:8),
no por obras, todo viene de Él.
El don de Dios, eterno y fiel
📖 (Romanos 6:23)
en la cruz me lo entregaste, Emmanuel.
¡Nada se compara… con Tu salvación!
Él vino a buscar y salvar al perdido
📖 (Lucas 19:10)
y yo era ese, lejos y sin abrigo.
Pero su cruz abrió el camino,
y quien cree en Él no será condenado
📖 (Juan 3:18), ¡he sido justificado!
📖 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 5:1)
Nada se compara con Tu salvación,
no hay gloria más alta que Tu redención.
Nos salvaste no por obras, sino por Tu misericordia
📖 (Tito 3:5)
lavados, renovados por gracia infinita.
El cielo es mío, no por mérito ni razón…
¡sino porque Tú me diste salvación!
Oh Jesús…
Tu salvación es mi canción.
Nada se compara…
nada se compara…
¡con Tu amor!
📖 “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” (1 Juan 4:10)
Hay milagros que marcan nuestra vida: puertas que se abren cuando todo parece cerrado, sanidad que llega en el momento más oscuro, provisión inesperada en medio del desierto. Cada intervención divina es un recordatorio de que Dios camina con nosotros.
Pero en medio de todo lo que hemos visto y recibido, hay un regalo que trasciende cualquier otro: la salvación en Cristo Jesús. Nada se compara con el día en que la cruz se hizo persona, cuando comprendimos que no fueron nuestras obras ni méritos, sino Su gracia infinita lo que nos dio vida eterna.
Esta alabanza nace de esa certeza:
👉 Que no existe milagro más grande que el perdón.
👉 Que no hay gloria más alta que la redención.
👉 Que lo eterno brilla más que lo temporal, porque en la cruz recibimos el mayor don: Jesús mismo, nuestro Salvador.
Nada Se Compara es un canto de gratitud, un eco de Efesios 2:8 y Romanos 6:23, un himno que proclama que el cielo se abrió para nosotros no por mérito humano, sino por el amor perfecto de Dios.
Hoy, al entonar esta canción, dejamos que cada palabra nos recuerde: todo puede pasar, pero nada se compara con Su salvación.