Estaba pescando en la orilla del alma,
cansado del viento, vacía mi red.
Y entonces tu voz me llamó sin palabras:
"Sígueme… no temas, yo te haré creer."
📖 Mateo 4:19 – “Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.”
📖 Lucas 5:5-6 – Pedro dijo: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.”
Yo fui el primero en decirte: “Te sigo”,
con fuerza en los labios… temor en los pies.
Fui fuego impulsivo, fui roca sin forma,
y tú me miraste… como a un Rey.
📖 Mateo 16:16-18 – Pedro declaró: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Y Jesús le dijo: “Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia…”
Caminé sobre el agua… y dudé.
Te prometí mi vida… y fallé.
Negué tu nombre en medio del frío…
Y tu mirada me volvió a arder.
📖 Mateo 14:29-31 – Pedro caminó sobre las aguas, pero dudó y comenzó a hundirse.
📖 Mateo 26:33-35 – Pedro prometió: “Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré.”
📖 Lucas 22:61 – “Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor… y lloró amargamente.”
Yo también fui Pedro, yo también caí,
te negué con miedo, y lloré por mí.
Pero tu perdón no conoce medida,
me llamaste “hijo”… aún me diste vida.
📖 Juan 21:15-17 – Jesús restaura a Pedro con tres preguntas de amor.
📖 1 Juan 1:9 – “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar…”
Tú no me reemplazaste, me esperaste en la orilla…
Tú no viste un traidor, viste una piedra viva.
Y en el fuego del alma, tú forjaste mi fe…
de las ruinas de Pedro, hiciste tu plan otra vez.
📖 Juan 21:9-12 – Jesús espera a Pedro y los discípulos en la orilla con pan y pescado.
📖 1 Pedro 2:5 – “Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual…”
Me preguntaste tres veces “¿me amas?”
y yo solo supe llorar.
Cada pregunta, una herida sanada,
cada “sí”… una nueva oportunidad.
📖 Juan 21:15-17 – Cada respuesta de Pedro confirma su restauración y llamado.
Yo también fui Pedro, yo también pequé,
pero tú, Jesús, no te alejaste de mi fe.
Me llenaste el alma, me diste tu voz,
y ahora proclamo: ¡Tú eres mi Dios!
📖 Hechos 2:14-41 – Pedro, lleno del Espíritu Santo, proclama a Jesús como Señor y Salvador.
Si un día tropiezo, si vuelvo a temer…
Recuérdame, Cristo, que tú no sueles retroceder.
Yo también fui Pedro…
pero tú, Jesús… nunca dejaste de creer en mí…
📖 Filipenses 1:6 – “El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.”
🌟 Presentación
"Yo también fui Pedro" nace de la profunda realidad de que todos, en algún momento de nuestra vida, hemos sido como el apóstol Pedro: impulsivos, temerosos, con buenas intenciones pero débiles frente a la prueba. Pedro representa al discípulo que promete fidelidad, pero que a la hora de la verdad niega a su Maestro. Sin embargo, más grande que la caída es el amor restaurador de Cristo.
La canción refleja con sinceridad el proceso humano de fracaso, lágrimas y arrepentimiento, pero también el poder de la gracia divina que no descarta a nadie, sino que transforma las ruinas en propósito. Jesús no rechazó a Pedro después de su negación; lo buscó en la orilla, lo restauró con ternura y lo levantó como una “piedra viva” para la edificación de la Iglesia (Juan 21:15-19, 1 Pedro 2:5).
Esta obra musical es una confesión cantada:
Que todos hemos caído, pero Jesús nos sigue amando.
Que Su perdón supera nuestro error.
Que Su llamado es más fuerte que nuestra traición.
Así como Pedro, nosotros también podemos levantarnos y proclamar: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16).
Es una canción fiel a las Escrituras, inspirada en el Evangelio, que invita al oyente a identificarse con la fragilidad de Pedro, pero sobre todo con la fidelidad inquebrantable de Jesús.